


“El maestro Chong tenía un problema con una estatua de Buda que estaba ubicada al oriente del convento. Ésta presentaba un estado deplorable.
Mandó a llamar un discípulo y le encargó la tarea de identificar la causa del mal estado de la estatua.
Al otro día el discípulo le dijo a su maestro que el mal estado del Buda se debía a la inexistencia de una rutina de limpieza del Buda, y enseguida le propuso al maestro que fueran los aspirantes que ingresaban al convento, quienes se encargaran de su limpieza.
El maestro Chong, le preguntó a su discípulo ¿porqué se ensucia el Buda?.
El discípulo fue nuevamente ante la estatua y estudió la causa de la suciedad, al otro día fue a ver a su maestro y le dijo que la causa de la suciedad del Buda eran las palomas que defecaban sobre él. Inmediatamente le propuso a su maestro cazar a las palomas en las prácticas de tiro con arco y flecha, y de esa manera deshacerse de las culpables de la suciedad del Buda.
El maestro Chong, le preguntó a su discípulo ¿porqué acuden las palomas tan periódicamente al Buda?
El discípulo fue nuevamente ante la estatua y estudió la causa por la cual las palomas visitaban periódicamente al Buda, al otro día fue a ver a su maestro y le dijo que la causa de las visitas periódicas de las palomas se debía a que en la estatua abundaban las arañas que atraían a las palomas para comérselas. Inmediatamente le propuso a su maestro armar un fuerte insecticida de receta milenaria y rociarlo sobre la estatua, para que de esa manera se pudieran deshacer de las arañas que atraían a las palomas y éstas últimas sin las arañas dejarían de acudir a la estatua y por lo tanto terminar así con la suciedad.
El maestro Chong, le volvió a preguntar a su discípulo ¿porqué hay tantas arañas en el Buda?.
El discípulo fue nuevamente ante la estatua y estudió el problema. Al otro día fue a ver a su maestro y le dijo que la causa de la abundancia de las arañas era que las luces de la estatua se encendían todos los días a las 20:00 hs. y éstas atraían a muchísimas polillas las que salen de sus escondites entre las 20:00 y las 21:30 hs., todos los días, éstas atraían a las arañas las que las devoraban y a su vez a las palomas que se comían a las arañas y que además producían la suciedad.
Esta vez el discípulo le propuso al maestro encender las luces del Buda a las 22:00 hs., gastar así menos energía eléctrica y al mismo tiempo evitar la suciedad del Buda.
El maestro Chong, aceptó la notable solución.
“Cuanto más hablas o piensas sobre algo, más te alejas de la verdad. Para de hablar y de pensar, y no habrá nada que no seas capaz de conocer”
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